Mientras nuestra edad aumenta también lo hacen nuestras dioptrías. Por eso, a medida que crecemos, las revisiones visuales deben ser cada vez más frecuentes.
El cuidado de los ojos debe ser frecuente
La primera revisión visual es recomendable a partir de los 2 años si los familiares detectan alguno de los siguientes problemas: conjuntivitis de repetición, estrabismo congénito, córneas grandes entre otros. Además, cabe destacar la posibilidad de usar lentillas para niños.
Al comienzo de la etapa escolar, es fundamental una revisión visual. Los niños pueden no darse cuenta de sus deficiencias a nivel visual. Las revisiones oculares deben ser anuales para controlar y prevenir las ametropías y patologías.
Las dificultades en el aprendizaje pueden deberse a carencias visuales. O bien por la necesidad de gafas, por la dificultad en la visión binocular y alteraciones en la acomodación-convergencia. En estos casos pueden ser útiles los ejercicios de terapia visual.
En la adolescencia el cuerpo cambia mucho. Es importante acudir a revisiones visuales periódicas. Pueden aparecer carencias visuales que hasta ese momento no se tenían, o que varíe la graduación de las dioptrías. En muchas ocasiones acudir a estas revisiones oculares nos permite cambiar nuestras lentillas diarias por otras con una mayor graduación.
Entre los 20 y 40 años las dioptrías tienden estabilizarse y podemos plantearnos la posibilidad de realizar algún tipo de cirugía refractiva para quitarnos las gafas. En estas edades las revisiones visuales son más intensas. En ellas se evalúan la presión intraocular y el fondo de ojo para descartar posibles enfermedades oculares.
El número de revisiones visuales debe ser mayor a partir de los 45-50 años ya que se inician los primeros síntomas de presbicia. Se debe prestar especial atención a la medición de la presión intraocular, así como también la observación del nervio óptico y la evaluación del campo visual, pues es la edad de presentación del glaucoma. Una revisión oftalmológica puede prevenir la pérdida irreversible de visión al detectar y tratar la presión intraocular elevada, principal signo del glaucoma.
A partir de los 60 años es recomendable hacerse más de una revisión ocular anual, para detectar la aparición de cataratas, un proceso normal de envejecimiento del cristalino que se puede solucionar mediante la cirugía de cataratas y la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE).
Se debe descartar la aparición de DMAE si se detectan irregularidades en la visión central o metamorfopsia (las líneas rectas se ven torcidas). En estos casos además de la exploración del fondo de ojo también es muy útil la realización de una tomografía de coherencia óptica u OCT macular.
Ahora ya sabes la gran importancia que tienen las revisiones visuales a cualquier edad. Recuerda que siempre nos preocupamos por la salud tus ojos.