Las lentillas o lentes de contacto ha sido una innovación en el mundo óptico de la que en más de una ocasión se ha escuchado hablar.
Es una más hacia el descubrimiento de nuevas formas confortables y mucho más estéticas de corregir ametropías del ojo, que se encargan de cubrir la córnea del ojo en su totalidad para proporcionar un mayor campo visual en comparación a las gafas tradicionales.
No cabe duda que la lentilla es una opción de oro si hacer un cambio es lo que se está buscando. Sin embargo, como todo producto es inevitable que en torno a este se formen aseveraciones ciertas y otras no tan ciertas.
En un momento tan importante donde se compromete la visibilidad del ojo es esencial sopesar objetivamente las ventajas y desventajas de los productos sobre la mesa, es por ello que ha sido necesario tomar el tiempo y finalmente develar los mitos y verdades sobre las lentillas:
-La lentilla se perdió en el… ¿ojo?
Mito. El hecho de que una lentilla, por muy pequeña que sea, se pierda dentro del ojo es anatómicamente improbable debido a una membrana ocular (conjuntiva) que actúa como una barrera infranqueable que evita que alguna mugre, suciedad, pelusa o lentilla pueda colarse por la parte posterior del ojo.
-Más caras que las gafas y un ojo de la cara
Mito. Al igual que las gafas tradicionales, las lentillas varían su costo dependiendo de la marca y el tipo de lentilla que se elija. Sin embargo, en cuanto a reemplazo se refiere, usualmente es más barato y sencillo sustituir una lentilla perdida que unas gafas..
-No fue la uña, fue la lentilla que arañó el ojo
Verdad a medias. Si bien pueden existir problemas con la lentilla en cuestión, ello no sucede de forma espontánea, cualquier daño se debe en su mayoría por una mala adaptación ojo-lente, cuidado indebido y uso inadecuado del mismo. Lo más recomendable en casos de sentir molestias o cambios inusuales con las lentillas es retirarlas y acudir de inmediato a un profesional.
-Con lentillas frotarse los ojos está prohibido
Verdadero. Es una aseveración que debe tomarse en cuenta no solo para aquellos que usan lentillas sino para todos en general, ya que frotar los ojos puede dañar la córnea. Además, las manos transportan un gran número de gérmenes.
-A los 40 años las lentillas ya no son una opción
Mito. Tanto adultos mayores como jóvenes pueden usar lentillas, todo dependerá de lo que el profesional recomiende en cada caso en particular. Las lentillas no restringen edades, abre posibilidades.
-Su función correctiva no es tan buena como las gafas
Mito. Al igual que las gafas, las lentillas están hechas para compensar las ametropías del ojo como la miopía o astigmatismo (entre muchas otras), siendo tan efectivas como las gafas convencionales. Sin embargo, sí es cierto que el uso de lentillas trae consigo ventajas adicionales, como lo es una mayor amplitud del campo visual y la mejora del ámbito visual en general, siendo esa la razón de su popularidad en el área deportiva.
Sin importar cuantos mitos y leyendas de lo terroríficas que son las lentes de contacto o lo glorioso que resulta su uso, siempre es beneficioso hacer buenos oídos a la voz de la razón y consejos de un profesional para elegir la opción más conveniente e idónea que resguarde la salud y comodidad de quienes lo usan, sin importar si el camino dirige a las tradicionales gafas o a un par de lentes de contacto.